pequeña historia
   

 

 

Eugenio Mendoza: testimonio de los egresados de la primera promoción

Cuando se cumplen cien años del nacimiento de Eugenio Mendoza G., es preciso recordar la figura de uno de los protagonistas de la historia venezolana del siglo XX desde la óptica de un ser humano preocupado no sólo por trabajar en función de alcanzar el bienestar económico del país, sino también para lograr la excelencia en el área educativa.

La presencia de Eugenio Mendoza Goiticoa en los espacios de la antigua sede de San Bernardino es una constante en los recuerdos de los primeros egresados de la Universidad Metropolitana. Una presencia que no se limitaba a lo físico, sino que era indispensable en los momentos de compartir inquietudes, solicitar una opinión, resolver un problema o, simplemente, conversar. Era frecuente ver al fundador sentado en el cafetín, charlando con los estudiantes para recoger, de forma directa, sin intermediarios, las impresiones sobre lo que se estaba haciendo. No había protocolos ni formalismos que obstaculizaran la relación con los miembros de la comunidad que se estaba formando.

Oscar Serrano, egresado de Ingeniería Eléctrica, recuerda un día que, junto con otros compañeros, estaba observando la maqueta del proyecto de la Universidad en el campus de La Urbina. En ese momento el Sr. Mendoza Goiticoa los vio y se acercó para explicarles, con lujo de detalles cómo concebía la Institución en el futuro y cuáles eran los planes que se tenían. A la memoria le viene la forma entusiasta con la cual les hablaba, con el propósito de hacerlos partícipes de una tarea que el consideraba vital para el país.

Egresada igualmente de Ingeniería Eléctrica, Kathleen Dowing de Izaguirre, se acuerda de una experiencia muy significativa, pues sintió que se valoraba la opinión del alumnado. Fue cuando acudió, acompañada de otros estudiantes, a una reunión del Consejo Consultivo en pleno, para exponer algunos planteamientos. Luego de escucharlos, el Sr. Mendoza dijo “creo que estamos formando los empresarios del mañana”.

Por su parte, Marcos Godoy, Ingeniero Químico egresado en 1976, no olvida las conversaciones que sostuvo con el empresario, en varias ocasiones, sentados en el cafetín. Aunque han pasado varios años, en su mente están presentes la sencillez y la calidez en el trato, rasgos que caracterizaron la actuación del promotor de la creación de la Universidad.

Recuerdo de Eugenio Maslowski con Don Eugenio Mendoza G.

Hablamos de 1977 ó 1978. Éramos un grupo de estudiantes de UNIMET de diferentes facultades con inclinación a otras actividades, como es el fútbol.

La UNIMET quedaba en San Bernardino y todavía no había planes de desarrollar las facilidades deportivas de la Urbina. Nuestro equipo entrenaba en el Colegio La Salle La Colina.

Nuestro grupo, inquieto al fin y al cabo, decidió organizar un Torneo de Fútbol Interuniversidades al que invitamos a gente de la Simón Bolívar, la Católica y ULA. Nuestro problema era que ni la Autoridades de la UNIMET ni los estudiantes teníamos los fondos para organizar el evento. Alquilar facilidades (Colegio Don Bosco de Boleita, por ejemplo), uniformes, copas, medallas, viajes al interior, etc.

Se nos ocurrió pedir una cita con Don Eugenio Mendoza, sin avisarle nada a las Autoridades de la UNIMET, a través de su Asistente, la Sra. Alicia, a quien conocíamos alguno de los estudiantes. Lo íbamos a invitar a la “Copa Eugenio Mendoza”.

Don Eugenio nos recibió con su característica amabilidad y sencillez en el Edif. Las Fundaciones. Nos preguntó inmediatamente, a que debía la presencia de este grupo de estudiantes de la UNIMET. Cuando le explicamos el motivo de la visita y que queríamos organizar una Copa de Futbol Interuniversidades, que se llamase Eugenio Mendoza, él nos respondió que para él era un honor aceptar tan digna nominación… y además, con su natural astucia nos coló lo siguiente: ¿Y cuanto me va a costar el honor de una “Copa Eugenio Mendoza...?

Le dimos la cifra y le pedimos que el cheque lo enviara al Sr. G. Colpi a la UNIMET, el Administrador de la misma. Así lo hizo.

Dos cosas adicionales que sucedieron:

Cuando la Autoridades de UNIMET se enteraron que habíamos ido a molestar a Don Eugenio, nos dijeron que eso no debía haberse hecho. Sin embargo, la sencillez de Don Eugenio permitía tomarse esas libertades.

El único que llegó puntual el día de la Inauguración del Torneo y tuvo que esperar algo más de ½ hora, fue Don Eugenio. No se molestó por el informalismo de nosotros, pero si nos dijo que era importante no sólo ser buenos profesionales, sino respetar el tiempo de los demás.

Así era Don Eugenio Mendoza G.