Víctor Marín |
Proyecto
especial de grado
Víctor Marín
quería culminar sus estudios de manera diferente. No con el consabido trabajo de grado, sino con una investigación innovadora que le permitiera poner
en práctica los conocimientos adquiridos durante los estudios universitarios
y a través de la experiencia obtenida en Tacarigua de la Laguna
como participante de los programas Proyecto Social y Construyendo Puentes.
Por ello, pensó en un trabajo que pudiera ser de utilidad para
los habitantes de esa población mirandina quienes, en forma rudimentaria,
han puesto en marcha actividades comerciales. Surge así la propuesta
de crear un proyecto especial –Modelo de incubadora de microempresa
turística como una estrategia de desarrollo sostenible- que contempla
un área de investigación sobre finanzas y recursos humanos,
con repercusiones sociales y que se relaciona con organismos públicos
y privados.
La realización de un proyecto
de grado implica el trabajo en equipo. Por eso Víctor convenció
a su compañera durante toda la carrera, Rosángeles Pestana,
para que lo acompañara en la investigación. La última
en sumarse al grupo fue María Fernanda Barrientos.
El 4 de marzo, ante un jurado integrado por los Profesores Xavier Figarella,
Jorge Escalante y Cecilia Vicentini, los tres expusieron los resultados
de la experiencia.
¿Cuáles son las características del proyecto?
El modelo se desarrolló en cuatro etapas: la primera fue de motivación
y desarrollo de la capacidad emprendedora. Luego se hizo una exploración
sobre las posibilidades de negocios e identificar cuáles de ellas
podían convertirse en una empresa formal. La tercera fase fue la
de capacitación para preparar a los microempresarios en contabilidad,
costos, economía, recursos humanos y mercadeo. Por último,
se planteó la formación de una red a través de la
cual los pequeños comerciantes intercambian información,
estrategias de financiamiento o mercadeo.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar en equipo?
Diría que ha sido el examen de trabajo en equipo más difícil
de presentar, pues las relaciones no siempre fueron cordiales; en algunos
momentos se agrietaron de tal manera que hicimos la promesa de no vernos
nunca más. Sin embargo, para bajar la presión, decidimos
hacer una pausa y tomarnos un mes de vacaciones. Una vez terminado el
descanso, retomamos el trabajo con más tranquilidad.
Además de los inconvenientes de trabajar en equipo, ¿qué
otros problemas has tenido?
La escasa bibliografía sobre el tema y la falta de una normativa
en la universidad en cuanto a proyectos especiales de grado se refiere,
se han convertido en un problema de difícil solución; son
pocos los libros publicados y los cambios de pensum no han permitido la
unificación de criterios en lo que se refiere a la aplicación
de algunas normas. En algunos momentos, fue necesario recurrir al Comité
de Decanos para resolver algún conflicto del reglamento.
¿Cómo ha sido la relación con el tutor?
La tutora del trabajo de grado es Cecilia Vicentini que ha apoyado mucho al grupo,
al igual que el profesor Jhonatan Moreno de INFOEM. Ellos nos han brindado
ayuda tanto desde el punto de vista personal como del profesional.
¿La Universidad los ha apoyado en la realización
del proyecto?
El proyecto ha sido muy bien recibido en la Escuela de Administración
y muchos profesores se han mostrado interesados, pero también es
verdad que otros, sin desmerecer el aspecto innovador del proyecto, consideran
que el trabajo no tiene aplicación práctica e intentaron
convencernos de cambiar la propuesta.
Pero Víctor sigue entusiasmado con el tema. Tanto es así
que al mismo tiempo que terminaba su carrera, cursaba el Diplomado en
Gerencia para el Desarrollo que la Unimet dicta con apoyo del Banco Interamericano
de Desarrollo. Así mismo, en febrero obtuvo la certificación
del BID en formulación de proyectos.
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