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Betty Fórmica: Nueva forma de medir el rendimiento laboral del personal administrativo de la Unimet.

Betty Formica

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la Dirección de Recursos Humanos no estaban satisfechos con la forma de medir el rendimiento laboral y por ello, desde hace algún tiempo, habían iniciado un proceso de reflexión sobre la forma en que el personal administrativo estaba siendo evaluado. Sentían que el proceso no se estaba llevando a cabo en forma integral, ya que se tomaba en cuenta la competencia del empleado, pero la gestión no aparecía en forma clara. La subjetividad, elemento que está presente en cualquier proceso de esas características, llegaba a veces a tener más peso de lo debido. En consecuencia, se propusieron investigar y analizar lo que en materia de evaluación del desempeño se estaba haciendo en otras empresas, para luego diseñar un sistema que estuviera adecuado a las necesidades de la institución.

Aunque ha sido un trabajo en conjunto, pues todo el equipo que conforma la Dirección de Recursos Humanos participó en él, la persona encargada de poner en práctica el proyecto es Betty Formica. Explica que con el nuevo sistema se quiere agregar valor a la gestión administrativa y por ello se le dará prioridad a los objetivos cumplidos, los cuales tienen que estar relacionados con las directrices señaladas por las autoridades y deben ayudar a cumplir la misión y visión de la Universidad. Se pretende, además, impulsar al factor humano como ente principal para el logro de cambios efectivos y favorables en la organización, y estandarizar el proceso de evaluación del personal.

Por otra parte, con la revisión anual de las competencias técnicas y gerenciales, se quiere lograr una efectiva alineación entre las competencias requeridas por la organización y las propias de los trabajadores, a fin de elaborar un plan de desarrollo que beneficie ambas partes.

¿Qué elementos se tomarán en cuenta para medir el rendimiento del empleado?
La gestión del trabajador se medirá tomando en consideración dos tipos de objetivos: los cuantitativos y los cualitativos. Los primeros se utilizaran para el personal de supervisión y reporte de primera línea, y en los cuales se deben establecer indicadores de gestión numéricos. Los segundos para el personal de apoyo, secretarias y agentes de seguridad, que se relacionan con la búsqueda de mejorar las competencias cualitativas del trabajador.

Los objetivos –acota Betty Formica- deben ser fijados al inicio de cada período por el supervisor y el trabajador, en conjunto. Por lo cual, el supervisor debe conocer los planes estratégicos de la institución de manera tal que el cumplimiento de los mismos agreguen valor real a la gestión.

¿Cuáles son los cambios más significativos con este sistema?
Hay elementos novedosos en el proceso. Uno de ellos es que el evaluado debe presentar recaudos de su gestión, los cuales fueron establecidos al
momento de fijar los objetivos cuantitativos. Para los objetivos cualitativos el supervisor va a realizar encuestas aleatorias que permitan caracterizar el desempeño del empleado.

Otro cambio innovador lo constituyen los comités de evaluación. Una vez que todo el personal de una dependencia haya sido evaluado se deberá realizar una reunión al que asistirán todos los supervisores, el director o gerente del área y un representante de la Dirección de Recursos Humanos. Se quiere lograr la objetividad a través de la conjunción de criterios. Así mismo, se tiene pensado efectuar una revisión semestral del cumplimiento de las metas con el propósito de redimensionar los objetivos si fuera necesario.

¿Cómo se aplicará el proceso?
Se va a realizar de manera escalonada. En una primera etapa, que comenzó en octubre del año pasado, se aplicará al personal administrativo: directores, gerentes, jefes de departamento, profesionales, técnicos, personal de apoyo y secretarial. Para ello, se establecieron los objetivos y se elaboró un plan de desarrollo que fue revisado en marzo de este año con el propósito de corregir posibles fallas y aclarar las dudas que se hubieran presentado.
Una vez que el proceso esté consolidado, el siguiente paso será la digitalización del instrumento de manera que la tarea de obtención de resultados sea fácil de realizar.