El lenguaje audiovisual está presente en la Universidad como una herramienta que apoya a tareas académicas e institucionales. Es considerado un elemento de ayuda, sin participación directa en el hecho educativo.

Hasta ahora, los materiales audiovisuales han servido para satisfacer los requerimientos del día a día de la Unimet: los profesores que necesitan determinados videos para ilustrar algún tema en específico; el personal administrativo que requiere material para la promoción de la institución.
Carlos Caridad, al frente de la Unidad de Producción de la Biblioteca Pedro Grases, quiere cambiar esta concepción y documentar la vida institucional del campus universitario utilizando el discurso audiovisual.
Su trayectoria como cineasta, autor de cinco cortometrajes –cuatro de ellos de ficción y uno documental-, le permite estar convencido de las potencialidades implícitas en el empleo de la imagen y el sonido.

En los actuales momentos -explica el cineasta- el proyecto está en su fase inicial, con la preparación y puesta en práctica de un taller dirigido a estudiantes que tiene el objetivo de integrarlos en el proceso de producción de videos: realización del guión, del video y edición. Una vez terminado el trabajo, los estoy motivando para que puedan vender sus obras en Internet. La llamada autopista de la información está cambiando la manera de oír música y de ver películas y por eso los jóvenes deben estar preparados. La tecnología les ofrece un campo muy amplio para la comercialización de productos, sin intermediarios.

Esa idea la piensa replicar en el diseño de cursos similares para profesores y así motivarlos a utilizar esa modalidad de forma más activa, de manera que forme parte de sus estrategias didácticas.

Una de las novedades de la propuesta es que la realización del video tenga muy bajo costo, al contrario de lo que actualmente ocurre.