Las primeras actividades deportivas que se realizaron en la antigua
sede de la Universidad Metropolitana, en San Bernardino, se caracterizaban
por la espontaneidad. Al principio, alrededor del samán, se improvisaban
partidos de fútbol, se jugaba ping-pong o se practicaba esgrima.
Cuando el espacio no era suficiente, los alumnos acudían al YMCA,
muy cerca de allí. Ese entusiasmo inicial se mantuvo y fue demandando
una infraestructura que se materializó en canchas de voleibol
y de futbolito construidas detrás de los laboratorios de Química.
Sin embargo, a medida que la práctica deportiva se fue organizando
y cada carrera tuvo su equipo, los estudiantes tuvieron que utilizar
los terrenos en donde estaría ubicada la sede definitiva, en
La Urbina. La jornada se iniciaba a las 8 de la mañana y culminaba
a las 8 de la noche, seguida de una reunión social en casa de
alguno de los alumnos.
Durante esos años, la actividad deportiva estuvo dirigida por
Luis Valverde Pino, quien fue el encargado de organizar los primeros
torneos interescuelas y de propiciar la participación de la Universidad
Metropolitana en los juegos universitarios.
Con el tiempo, lo que en principio constituía un pasatiempo,
se ha convertido en un elemento importante en la formación de
los estudiantes. El actual Director de Deportes, José Montes,
afirma que en el país no hay una universidad que en materia deportiva
supere a la Unimet en cuanto a organización, actividades e infraestructura.
El haber integrado el deporte al área académica también
es propio de la institución, pues fue la primera, en el año
91, en aprobar que la asistencia a las prácticas deportivas
fueran consideradas al momento de evaluar. Así mismo, la Universidad reconoce la participación
estudiantil en las selecciones otorgándole al alumno un crédito
por semestre y permitiéndole escoger los horarios antes que los
demás estudiantes. Por otra parte, es la primera casa de estudios
que ha incorporado el deporte en pregrado como materia obligatoria.
Antes de que en la Universidad se incluyera en el pensum de estudios
Proyecto Social como materia obligatoria, las acciones de la Dirección
de Deportes habían traspasado los límites del campus universitario
y se habían ocupado de la población infantil de los barrios
vecinos a la institución. Hubo un primer intento de formar una escuelita
de béisbol, pero los sucesos políticos ocurridos en Venezuela,
a finales del 2001 y comienzos del 2002, impidieron la continuidad del
proyecto. Una vez que el país recupera la normalidad, el programa
es retomado con éxito. En la actualidad, la Escuela de Béisbol
Unimet está conformada por cuatro categorías y en ellas participan
entre 60 y 80 niños y adolescentes. Los resultados han sido positivos
aunque a veces han tenido que romper algunos paradigmas y sortear dificultades
económicas
La experiencia exitosa ha motivado a la Dirección de Deporte a incluir en los planes futuros la organización de una escuela de baloncesto y así darle uso a las instalaciones de la universidad.